martes, 3 de diciembre de 2013

REQUIEM IN PACE AETERNAM


Hace ya tiempo que empezaron a llamarme la atención determinadas esquelas de las que se publican en los periódicos. No de las que uno puede leer en el Diario de Cádiz, en el Diario de Jerez o en el ABC, periódicos éstos que representan lo más rancio en lo que a costumbres de estéticas de obituarios se refiere, sino las que se publican en periódicos entre cuyos lectores se encuentran, por la definición de su línea editorial, personas eminentemente laicistas y nada o poco religiosas, sin que ello quiera decir que en esta clase de periódicos no encontremos esquelas clásicas del tipo de en el día de ayer falleció, tras recibir la bendición de Su Santidad el Papa – como si el Papa estuviera para eso-, el Sr. o la Sra. tal o cual, etc., etc.

Nunca antes había prestado yo atención a las esquelas salvo contadísimas excepciones, pero, casualmente, leí hace algo más de un par de años, en El País, un esquela desgarradora por su contenido. Desgraciadamente no recuerdo con exactitud el texto, pero utilizando sólo los nombres y no los apellidos del fallecido y de quien le recordaba a través de la esquela,  se  ponía de manifiesto una historia de amor  oculta a la oficialidad en la que se cruzó la muerte y dejó al vivo, ella,  con ganas de morir y con el corazón desgarrado y sin poder decir a nadie que se le había muerto el amor de su vida, su razón de ser. Tan sólo a través de la esquela, casi anónima, pudo dar un grito mudo que la desahogara en su sufrir y que la aliviara en su honda pena. La verdad, me impresionó.

A partir de aquel día, empecé a prestar atención a las esquelas y, aunque la mayoría responden al esquema clásico, de vez en cuando puedes encontrarte con alguna que, cuanto menos, te deja intrigado o con los sentimientos alterados. En todos los casos puedes imaginar historias que den razón de ser y que justifiquen la esquela y su contenido o los mensajes que contienen.

Algunas historias son fáciles de imaginar e, incluso, pueden suponer una realidad vulgar y nada atractivas o interesantes, pues no se salen de lo normal. Sin embargo, otras, las menos, desgraciadamente, ponen de manifiesto indicios de historias verdaderamente interesantes. Al menos, son esquelas que provocan esa impresión.

La razón por la que impresionan o te dejan pensativo puede ser de tipo variado; unas veces son historias de amor pasional entre personas, otras son historias de amor paterno filial marcado por algún hecho concreto, otras son historias de amor por los demás, de pasión política, etc., y, en todos los casos, de incapacidad de soportar la ausencia de la persona querida que se ha marchado para siempre, expresando esta añoranza de la persona ida desde la perspectiva y el convencimiento, en la mayoría de los casos, de que no hay un más allá donde volver a encontrarse, lo que no deja de ser desconsolador.

Frente a aquellas esquelas en las que lo que interesa resaltar es la posición social del fallecido y sus allegados – Excmo. Sr., Ilmo Sr., Licenciada en Historia, e incluso Bético de toda la vida, que todo esto se ve en las esquelas-, éstas de las que yo hablo, ponen de manifiesto sentimientos, posiciones en la vida, compromisos, pero sobre todo, desazón, pesar, desconsuelo.

Desde hace dos años, cuando veo una de estas esquelas inquietantes, la recorto y la guardo en un carpeta ad hoc, donde ya la colección da para echar una tarde imaginando historias.

No quiero reproducir aquí los textos de las esquelas que forman parte de mi peculiar colección –no sé por qué las conservo, pero seguro que alguna vez sale una buena historia de ellas-, pero sí quiero dejar a título de ejemplo algunas de ellas:

Día 13 de Julio de 2011:


                        MAN-HUÉ

                        13 de julio de 2006

                        Y no queda más
                        que ese peso
                        insoportable y dulce
                        en el corazón.
 

12 de septiembre de 2012:
 

                        VICENTE

                        Topotón, Topotón, te fuiste
                        Topoton, Topotón, nos has dejado
                        Pero espera, espéranos…, siempre, Viz, siempre


23 de marzo de 2013:

 
                        Elenita:

                        A la hora del té y de los toros, tus hijos Boris y Yuris ya pueden recibir a la Reina de la Commonwealth y conversar con ella sin filtros idiomáticos; lamentablemente Kate Moss no se pone al teléfono. De todos modos en casa no se atreven a motejar a Crazy Horse llamándole Creisy Jorss.

 
Día 21 de junio de 2012:
 
                        A y ᾩ

                        J.P.

                        Se nos fue del todo el 20 de junio de 2012
                        “…y recuérdalo, nunca te olvido.”              

                        M., C., R., I.,y J.M.
                        ¡¡¡Bisiestos!!!!

 Día 27 de marzo de 2011:

            Primer Aniversario

JULIO CÉSAR GUEDES MACEDO

            Falleció en Madrid el 27 de marzo de 2010

            DEP

            A nuestro querido hermano que sólo comprendimos cuando nos dejó.
      
            No vuelvo la cara
           por miedo a no  vernos
           y un adiós infinito
           se rompe en silencio
           dejándome herido….
           dejándote muerto..
                        (José Martínez)


Día 18 de julio de 2011:

            In memorian, 3 años

            MARTINA FELICIDAD SÁNCHEZ MORO

            El 18 de julio de 1911 llegaste a los brazos de Elisa y Patrocinio.

            El 18 de julio de 1936 amargó tus 25 años tan felices, Eduardo y tú, el 1 de mayo, con la niña en brazo y el puño en alto.

            El 18 de julio de 2011, serías una preciosa centenaria.
 
            Mamaíta. Te quiero siempre.
           

Día 27 de marzo de 2011:

            VICTORIA MURILLO FRANCO

            28 de marzo de 1944
            27 de marzo de 2005

            La presencia de tu ausencia es inmensa
            Imposible quererte más
            Imposible echarte más de menos ahora.
            Con María y Nicolás en la fotografía.

Y por último, una publicada el día 20 de agosto de 2011 que especialmente me conmueve  pues la suscriben dos hijas, una de ellas monja – que yo imagino de clausura-:

             Recuerdo a la memoria  de
            IVAN ISCAR RODRÍGUEZ

            Que a los 42 años fue asesinado el 20 de agosto de 1936 por las fuerzas franquistas, junto a otras 51 víctimas, sin que hubieran tenido opción a un juicio justo.

            Fue fusilado en el campo de concentración “El Mogote”, y sus restos arrojados a la fosa común del cementerio español de Tetuán.
        
        Tus hijas, Sor María Luisa y Áurea, no te van a olvidar nunca.

Esta última esquela recuerda que la defensa de la libertad en la España de la Guerra Civil también corrió a cargo de muchas personas religiosas y profundamente católicas, pese a lo que nos han querido inculcar en sentido contrario. Este dato se refleja muy bien en la película “Las 13 Rosas”.

Descansen todas estas personas en paz y que no se hayan inquietado por haber usado sus nombres y su recuerdo.

 

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