miércoles, 11 de septiembre de 2013

CATALUNYA

Tras lo que hemos visto hoy en todos los medios de comunicación de todo el arco ideológico, el deseo catalán es obvio y claro, y su manifestación contundente. Al menos esto parece indudable.
 
Después vienen o vendrán los matices: aquí cada cual que piense en el que  ha elaborado mentalmente para poder digerir la realidad, para adaptarla a sus intereses, para rechazarla, etc. Ahora bien, la realidad, matizada o no, está ahí.
 
Creo, desde la inquietud que este fenómeno nos provoca a todos, que la España no catalana debe dejar de mirar hacia otro lado (el sector de población que así lo hace) y debe dejar de alzar la voz, de inyectar los ojos de sangre y de secársele la saliva (el sector de la población que así lo hace) y sentarse serenamente a pensar en cómo podemos alcanzar soluciones. También creo que la España catalana, debe dejar de mirar hacia otro lado (el sector de población que así lo hace) y debe dejar de alzar la voz, de inyectar los ojos de sangre y de secársele la saliva (el sector de la población que así lo hace) y sentarse serenamente a pensar en cómo podemos alcanzar soluciones.
 
Muchos de los que constituyen las dos partes sembraron tormentas; ahora estamos a punto de recoger las tempestades. (Es preponderante entre los españoles –catalanes y no catalanes- el enfoque futbolístico del diálogo político y de cómo hay que tratar con quien no piensa como nosotros)
 
Convencido estoy de que los españoles no aprenderemos nunca.

Que nadie se ofenda.

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