domingo, 15 de septiembre de 2013

PRUEBA HIPICA



El sábado por la tarde estuvimos en una prueba de exhibición – aunque puntuable para el campeonato de Andalucía, según nos dijeron los aficionados que por allí estaban- de conducción de enganches de caballos que se celebró en Chiclana, en la explanada de La Longuera. La denominación oficial era Indoor de Carruajes por lo que pregunté qué era eso de Indoor –pensando que era el tipo de carruaje con el que se competía- y me dijeron que era porque la prueba se celebra en pista cerrada y no en un circuito en campo abierto, en cuyo caso se llama maratón
 
La prueba es bastante espectacular porque se trata de una contrarreloj en un circuito donde hay que realizar muchas giros cerrados a izquierda y derecha y donde el peligro de vuelque del carruaje por la velocidad del mismo en los giros y curvas, se contrarresta con los movimientos y posturas del concursante ( uno o dos, dependiendo del número de caballos) que va en la parte de atrás, de pie, y que agarrándose a unas asaderas que el carro tiene en la parte trasera a izquierda y derecha se deja caer con todo el cuerpo hacia el lado contrario de aquel hacia donde la inercia del movimiento del carruaje tiende, recordando bastante al moviendo y postura que adoptan los tripulantes de las embarcaciones deportivas a vela para contrarrestar el empuje del viento y evitar que el barco vuelque.
 
No es la primera vez que he visto este tipo de pruebas, pero sí es la primera vez que las veo en un circuito en pista cerrada, es decir, en la modalidad indoor. Aunque no deja de apreciarse la belleza también en el circuito en pista, es mucho más espectacular la prueba en el campo abierto ya que allí, más allá del entorno, los circuitos suelen tener mas espectacularidad por las pendientes, los riachuelos, los obstáculos no derribables (árboles como las encinas o los alcornoques).
 
Por razón de seguridad y para que el concursante que maneja las riendas del coche de caballos no se caiga, éste va sujeto con un cinturón o arnés al asiento del carro.
 
Los carruajes son especiales para estas pruebas y en esencia están constituidos por un asiento individual para el conductor y un soporte casi a ras de suelo en parte trasera del carro donde se coloca de pie quien hace de contrapeso en las curvas. Los carros son muy ligeros –por el aspecto yo diría que de aluminio- y tienen un aire deportivo y moderno que llama mucho la atención.
 
Según pude informarme preguntando a los concursantes, no existe un caballo determinado o preferible para este tipo de pruebas. Por tanto la variedad que vimos era la típica donde predomina el caballo español y el hispano árabe. Había otros de otras razas que no soy capaz de identificar. Los que más me gustaron eran unos caballos negros de un porte majestoso y de una alzada mayor de lo que acostumbramos a ver por estos lares, por lo que picado por la curiosidad, pregunté su raza y me dijeron que era un KVPN, un tipo de caballo holandés de competición. Supongo que lo de KVPN serán las siglas de algo en neerlandés. En cualquier caso, los caballos eran preciosos y daba gusto verlos.
 
Si tenéis alguna vez la oportunidad de contemplar este tipo de disciplina hípica no la dejéis pasar.


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