domingo, 8 de septiembre de 2013

ES SEPTIEMBRE

Aquí estoy sentado pasadas las 7 de la tarde. Hace aproximadamente una hora que volví de la playa donde he pasado unas horas muy agradables. Nos llevamos unos bocatas, unas cuantas bebidas, y las correspondientes sillas y la sombrilla y hemos estado charlando, contemplando el mar en silencio a ratos, tomando el sol y la brisa, leyendo, dormitando...en fin, todo lo que  habitualmente hacemos en la playa pero, a esta altura del verano, sin calor, con una temperatura muy agradable. Quizá por ello hemos estado más tiempo del habitual.
Ya de vuelta de la playa y siguiendo mi costumbre de ducharme para quitarme toda la "pringue" de la crema de protección solar, me he dado una buena ducha de agua fría, y me he frotado bien para liberarme de las grasientas capas de protección solar. Se ha apoderado de mí una sensación de bienestar y relax buenísima. Me he sentado en la mesa de trabajo de casa y, repentinamente, he tomado consciencia de que es septiembre. Me ha agradado ver que la luz entra a raudales en el salón, esa luz que ya empieza a pasar del amarillo al anaranjado, y , pese a tanta luz, no hace calor. He pensado: ah, es verdad, ya estamos en septiembre. Qué bien, llega el tiempo de la luz sin calor.
Creo que para terminar de relajarme voy a tomarme un poco de ron con coca-cola. Antes recogeré la ropa tendida y sacaré la basura.
Susana anda por la casa haciendo cosas. Creo que ella también es consciente de que ya es septiembre, tiempo de luz sin calor. De momento, para ella, no será un septiembre perfecto hasta el día 16, fecha en la que regresa Antonino - su hijo mayor de 16 años- desde California donde ha pasado un mes perfeccionando su inglés. La verdad es que se le echa de menos.
 

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